MIRINE: ¿Por qué estás vestido de mujer?
CRÉMILO: ¿Y tú de hombre?
MIRINE : Huyo de uno que lo es; vestida así no hay peligro
de que me siga…
CRÉMILO: Pues no das el pego…
MIRINE : ¿Y tú?
CRÉMILO: Yo tampoco.
MIRINE : Digo que por qué llevas esa pinta…
CRÉMILO: Estoy buscando a un hombre…
MIRINE : ¡Bravo! ¿Y cuánto pensabas cobrarle?
CRÉMILO: No,no… no …Una gitana me dijo que a ciegas encontraría mi destino en esta calle.
MIRENE : ¿Una gitana? (aparte) Ya veo
CRÉMILO: Debo interrumpir el paso del primer hombre que encuentre en la esquina del Desamparo y pensé que, viéndome así , se dejaría seguir…
MIRINE: ¡Pues has dado en el clavo, “preciosidad”!
CRÉMILO: Cuando uno necesita trabajo hace muchas tonterías… He tenido que empeñar hasta los pantalones… Esto era de mi madre…
MIRINE : ¿Qué talla usas?
CRÉMILO: Dos menos que hace tres semanas… Cosas del hambre, supongo.
MIRINE (quitándose la chaqueta) Mira, “princesa”, así no vamos a ningún lado. Vamos, cámbiate las ropas conmigo y ya nos buscaremos la vida….